El silencio,
el vacío.
No es solo silencio
es tu ausencia.
No es la noche callada
es tu falta.
Es el vértigo de la despedida,
la fatiga de la tristeza
y el pesar de los ojos llenos de lágrimas.
Te has ido mientras llueve en nuestros corazones
y nos has dejado un agujero inabarcable.
Hoy se ha detenido el tiempo durante toda una vida
mientras un surco salado recorría mi mejilla.
Tu marcha es un dolor extraño,
nada te dejas en el camino
salvo el cariño de tantos años.
Caminamos juntos una larga etapa
pero algo se ha acabado con esta despedida,
un anillo agotado que cae al recuerdo.
Un