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El capital
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Las grandes traiciones de la Unión Soviética
El régimen estalinista, por desgracia, antes de la deflagración de la II Guerra Mundial se las ingenió para inmiscuirse en el mal gobierno republicano del Frente Popular, de ese modo mientras que en Madrid se luchaba tratando de evitar que la ciudad fuese tomada por
las tropas fascistas y las personas que defendían la capital sin importar cual fuera su nacionalidad porque su propósito era la batalla antifascista, iban muriendo una tras otra en defensa de la libertad por ser sabedoras de que lo que se cocía en Madrid no era sólo el porvenir de España, era el de Europa y el del mundo entero. Desde Moscú lo que se hizo fue traicionar la causa de los trabajadores por impedir que recibieran armas, sobre todo los anarquistas, colocando los soviéticos agentes desestabilizadores que arma en mano impedían el desarrollo de la revolución social, comisarios políticos designados para poner a los trabajadores bajo las órdenes del Estado, en este caso el soviético, que muy sutilmente utilizaba al gobierno español como otro de sus muchos países satélites en busca del beneficio político y económico, como quedó demostrado al quedarse con el oro, pero sin hacer
entrega de las armas salvo a sus propios discípulos, lo que significó una traición más a sumar a la larga lista de las traiciones comunistas.